Public White Seal
Un Nuevo Mundo no se construye sin iniciativas inteligentes, creativas y esforzadas, si se pretende que sea mejor que el que se pretende dejar atrás.
Los deseos y aspiraciones de la humanidad, caminan siempre por delante de las situaciones reales. Así, y en eso, se fundamenta el desarrollo de una sociedad.
Sentirse ciudadano europeo y miembro de una sociedad que aspira a ser libre, es un orgullo que no admite conformismos y que necesita un considerable impulso que renueve constantemente la fe y el entusiasmo.
Hay mucha energía social disponible tras el sentido de pertenencia pero para mantenerlo activo, las personas precisan un sentimiento de compensación que merezca la pena por los esfuerzos y sacrificios que se les piden.
La Unión Europea se ha convertido, ante los ojos de demasiados, en una institución excesivamente burocrática y alejada; refugiada en un conformismo distante del esfuerzo individual que se exige a las personas. Porque la Unión, exige contribuciones cuantiosas de ellos. Las personas somos cada vez menos conformistas; a nadie le gusta resignarse y ver como los pagos de sus impuestos se entregan a unos organismos, nacionales o supranacionales, donde el dinero se pierde en el maremagnum de un control distante del que se desconfía.
La corrupción es demasiado inteligente y crea arquitecturas con demasiados resquicios, por los que se adentra en los tuétanos, que repugnan, duelen y desmoralizan al ciudadano, creando un demoledor sentido de desconfianza hacia lo común. La mala administración y la dilapidación, son también formas de corrupción detestables.
Los nuevos tiempos exigen, para devolver la confianza, un control anticipado de los fondos públicos y su destino. Ya no basta con auditar a posteriori, pues eso deja muchos huecos descontrolados; hoy día se precisa un control “a priori”.
Lawyers Against Corruption (LAC) ha creado el White Seal; un marchamo de garantía que mediante un modelo sistemático de gestión del proceso se garantiza el cumplimiento de unas normas de fidelidad y trasparencia que sólo pueden conducir a evitar el desvío de fondos, la mala administración, o la dilapidación. Sólo los proyectos sometidos a esa metodología y fieles cumplidores de ella podrán adquirir el refrendo de LAC.
A través de su proceso, limpio y transparente, cada partida es detalladamente registrada y publicada en medios accesibles a cualquier ciudadano. Solo los proyectos que cumplan escrupulosamente con el procedimiento, liviano pero firme y sano, son prestigiados con el White Seal de LAC.
No se trata, por tanto, de discutir la conveniencia o no de llevar a cabo determinado proyecto, lo cual es el campo de la política, sino a garantizar el pulcro destino de las inmensas cuantías de fondos ante los ciudadanos.
La suma del Gasto Público de todos los países componentes de la Unión Europea, asciende a 65 billones de euros (UE, 2020) y el correspondiente a la propia Unión Europea es de 172.500 millones de euros. Y todo ese dinero es aportado por particulares o empresas. No hay que explicar demasiado que quién financia tan descomunales cantidades de fondos, debe tener derecho a saber el destino y buen fin de lo que tanto esfuerzo le cuesta.
Los Estados son de los ciudadanos, se dice, pero eso no puede ni debe quedar en una mera expresión, sino que debe constatarse y conseguir de los ciudadanos la convicción de que la honestidad acompaña a sus recursos.
El White Seal, es esa garantía y Lawyers Against Corruption (LAC), que publica diariamente sus movimientos de ingresos y gastos, el temido vigilante de la corrupción que todos necesitamos. Los proyectos e Instituciones que no deseen aceptar optar a la Metodología White Seal, quedan expuestos a la sospechosa duda de las razones que les impide aceptar la pública trasparencia.
Un Mundo Mejor necesita sistemas inteligentes que se adelanten a los riesgos de corrupción y la marginen.